"Éste es el relato más triste que nunca he oído..."

Ford Madox Ford (El buen soldado)

jueves, 28 de octubre de 2010

Derivaciones deícticas

Sucedió entre el cuarto día después de su boda y en el intervalo medio entre el almuerzo y la cena de los días siguiente y posterior al siguiente.

Se detuvo frente al reloj de la catedral, justo un poco por delante de la puerta de la tienda de souvenirs que se encontraba a dos días de su cierre y a unos minutos de su próxima venta destinada a acercar aún más a los dos pasos a los que se encontraba de los muros santos al turista que se alejaba de él en lenta aproximación a su lugar de encuentro.

Dirigió la mirada por debajo del campanario en excelente conservación tras la restauración de años antes a su ínfimo deterioro actual, y por encima de los grandes ventanales que distaban entre sí lo que medían el espacio ocupado por las piedras tres y cuatro comenzando a contar desde el pórtico en dirección a la derecha.


Anoche murió tras contemplar el reloj de la torre a la hora exacta en que la manecilla pequeña de la esfera señalaba el número comprendido entre el uno y el anterior al cuatro y la aguja mayor apuntaba directamente en la dirección opuesta al lugar donde se desplomó por encima del suelo empedrado.

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