"Éste es el relato más triste que nunca he oído..."

Ford Madox Ford (El buen soldado)

miércoles, 28 de abril de 2010

Dios es multifuncional


Todo lo que existe tiene una razón. Su ser se debe a algo, algo sin lo cual, no sería; algo que es necesariamente. Está claro, Dios, la razón necesaria de todo lo que existe, existe a su vez debido a sí mismo como razón última y fundamento de todo.

En el mundo actual, la cibernética es la ciencia que sin duda nos llevará lejos cuando todo esto que tenemos alrededor se agote y opte por desaparecer sin dejar rastro. No obstante, sucede que nos hemos encomendado a las nuevas tecnologías como si se tratasen del nuevo dios que nos guía hacia un mundo mejor y que, probablemente, se halle fuera del que habitamos como sucede con cualquier religión que se precie.

Sin embargo, cualquier "Dios" en el que decidamos pensar no deja de ser una quimera agradable. El "Dios" cristiano (un dios bondadoso), el judío (un dios cabrón), el musulmán (un dios cachondo) y el resto de "Dioses únicos y verdaderos" vienen a ser prácticamente lo mismo: seres que consuelan por su existencia y que braman cada vez que me leen.

Tal vez nadie espera que lo diga, pero en el mundo actual tal vez el mejor "Dios" y más creíble sea el tecnocientífico. Un dios vacío, un dios que no aporta nada. El dios de los infames, los estúpidos y los ilusos.

Nadie se asuste, probablemente Dios existe. Dios es multifuncional en todo su ser: creó el cosmos y lo mantiene o procura que se mantenga en toda su perfección. Dios es multifuncional; lo es, y está demasiado ocupado como para dejarse ver. Es energía, voluntad creadora y conservadora que no se puede aprehender ni, como la razón perfecta de las leyes de la física, comprender en su absoluta magnitud.

lunes, 26 de abril de 2010

Salir por piernas

Hablando de leggings, esa horrorosa prenda femenina que tan de moda se pone por épocas según les dé por buscar la comodidad y dejar un poco atrás los clichés estéticos de la época vigente.

Piensen señoras, durante un momento, en sus amantes, en lo mal que lo deben pasar cuando van a echar mano de sus hermosas piernas y descubran un duro velo de nylon inquebrantable recubriéndolas. ¿Y bien? Es muy cómodo para ustedes, pero un completo engorro para ellos, sobre todo en momentos de pasión.

Qué cruel ese momento en el que no se sabe demasiado bien dónde tocar ni cuándo tragar saliva, en el que se comienza con el despropósito de deslizar una mano por debajo de la falda, puesto que hacerlo directamente por debajo de la braguita supone un acto de violencia sobre la propia mano o incluso el rostro. Qué cruel, decía, el llegar allí y toparse con una barrera sólo franqueable a los más hábiles y libidinosos, pues no hay cosa más complicada que hacer al lado un legging y proseguir con la tarea. Es, cuanto menos, desesperante.

Y no hablemos ya de lo antiestéticos que son; prevalece la comodidad a la hermosura del cuerpo desnudo insinuado e insinuante. No son bonitos: unas medias son bonitas; sujetas con un liguero son hasta eróticas; unos malditos leotardos no tienen nada de especial.

En definitiva, señoras, que si esa prenda tan odiosa se considerase un tributo a los atributos femeninos, van ustedes por el buen camino de librarse de una sociedad machista a costa de unos argumentos muy... leggings.

miércoles, 21 de abril de 2010

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Dos personas fundidas sin razón alguna son dos fantasmas danzando alrededor de la luna.

Un minuto recorrido por un beso absorbe toda una vida dedicada a uno mismo.

Amar no es compartir, es poseer, poseerse a sí y no dejar que se pierda su esencia en lo amado.

Amo mi vida y amo mi dedicación. Algún día dejaré de amar, pero entonces no podré decir adiós...

lunes, 19 de abril de 2010

Recordando a Hine

miércoles, 7 de abril de 2010

Ojos de hierba


...Entonces ella vio como su sonrisa se desmoronaba ante el gris espectáculo de la cotidiana destrucción, así que se sentó en el suelo y comenzó a llorar.

Lloró toda la tarde y toda la noche. Lloró por tiempo indefinido con el rostro hundido en las palmas de unas manos saladas que no vieron pasar el tiempo con sinuosa premura. Y aunque lloró hasta que su cuerpo se fue secando, no lo hizo con el dolor de quien lo hace por la pérdida. Tampoco mantuvo el llanto por la angustia de no poder cambiar la tristeza de las sonrisas silenciadas de los reflejos en los espejos rotos. No fue un llorar por placer; ni por necesidad; ni siquiera por dejar de llorar alguna vez, no. Lloró, simplemente, porque no era capaz de comprender cómo el resto del mundo, contagiado por aquella adorable tristeza, no tenía fuerzas para llorar.

Cuando su llanto cesó, escrutó con ojo lúcido en la imagen que le sonreía desde el charco líquido que se acumuló bajo sus pies. Alguien le sonreía, alguien a quien no reconocía.

Ella no lo supo, pero una sonrisa se dibujó tenuemente en sus labios blanquecinos. La tristeza de la gente se confundía con su figura, con el espacio límpido que ocupaba su fantasmal inexistencia, entre sus lágrimas de sal y sus ojos de hierba.

lunes, 5 de abril de 2010

Calcetines de pollo


Al pollo le gustaba practicar sexo como sólo un pollo sabe hacer. No obstante, él era un pollo particular.

A los animales les gusta quitarse toda muestra de colorido de encima cuando están en pleno coito, más que nada porque los colores llamativos son muy vivos y resultones en el momento de la seducción, pero poco útiles cuando han de centrar toda su atención en copular como salvajes: si se está atento a una cosa, la retaguardia está desprotegida ante los depredadores y todo colorido es un hermoso reclamo al fin de la vida copulativa -y toda, en general.

Pero he aquí que a nuestro pollo le importaba bien poco. Él se arriesgaba, no se sabe bien si por estupidez o por audacia, a fornicar con la cresta en alza. Y nada más podía preocuparle mientras estaba fervorosamente dedicado a su labor.

Por esa misma razón su pareja se extrañó tanto que se incorporó asustada el día que el pollo dejó de empujar en su empeño por encontrar el goce propio y ajeno.

- ¿Qué sucede? -Le preguntó arrebolada.

- Dame un momento. -Le contestó él buscando algo a los pies de la cama.

Sin apenas darse cuenta de la preocupación de su dama, el pollo se encajó a la perfección la cresta que con el movimiento se le había caído de la cabeza y retomó con fervor su actividad como si no hubiera sucedido nada.