"Éste es el relato más triste que nunca he oído..."

Ford Madox Ford (El buen soldado)

lunes, 3 de mayo de 2010

El hombre sin pene

Conozco a un hombre muy varonil. Bueno, mucho no, pero sí lo suficiente. Tiene una voz profunda y grave como la de un tenor, las manos fuertes y seguras como las de un obrero y el torso robusto y curtido como si lo hubiera esculpido con martillo y cincel en roca virgen. Sí, era un tío, un verdadero tío.

Tan sólo tenía un pequeño defectillo a todas luces sin importancia: no tenía pene.

Y en cierto modo era, más que un defecto, un engorro. Porque no tener un miembro por el que miccionar significaba no poder beber, no poder ingerir líquidos de ningún tipo y, por lo tanto, tener una vida muy corta. No obstante, era un hombre, un verdadero hombre. Un bohemio, un vividor.

Él notaba una ausencia que llenaba con los más oscuros placeres. Las mujeres lo adoraban porque no buscaba el goce propio, ya que le era imposible, y se volcaba totalmente en ellas. Su falta de corporeidad le instaba a buscar la perfección del mundo exterior, por lo que había desarrollado las más sutiles destrezas en todos los campos artísticos.

Había sólo una cosa que le preocupaba: moriría. Irremediablemente moriría dentro de muy poco. No sabía cuánto tiempo podría aguantar así, por lo que la incertidumbre y la angustia le hicieron inmune a toda crítica ajena.

Todo el mundo se reía de él: el hombre, que se alimenta de amor, la mujer de grandes pechos, la mujer con cara de cerdo, la mujer sin nariz... Todos, sin excepción. Nadie se compadecía de su problema, de su carencia de virilidad.

No obstante, él sabía que no es que no tuviera pene. Lo que sucedía es que era invisible, era inapreciable para cualquier persona ajena a su perfecto miembro. Él tenía, y eso lo sabe todo el mundo, el mejor pene posible, invisible, perfecto... Y eso sólo podía significar una cosa, que no podía morir por su culpa, que nadie lo podía dañar: ninguna mujer, ningún ser real. Él era, con su exacto miembro inmortal, el mejor hombre posible que podría existir jamás.

3 comentarios:

  1. mmmmmmm....curioso caso....pero entrando en tema filosofico o relativo...es un tio? o no lo es?...

    un beso

    ResponderEliminar
  2. Uhm...me parece que no has entendido nada. Eso, Leo, es totalmente irrelevante.

    ResponderEliminar
  3. Creo que está bastante claro. Tú, como mujer, ¿piensas que es un tío...o que no lo es?

    ResponderEliminar