"Éste es el relato más triste que nunca he oído..."

Ford Madox Ford (El buen soldado)

miércoles, 11 de mayo de 2011

Estancia en una tienda de campaña


Primero entró el perfume. Cuando éste hubo ocupado el espacio cerrado y el Universo infinito, inmediatamente después, en lo que fue apenas poco más que un salto de pulga, un instante fugaz, entró ella.

El paso de su mano iba cerrando los metálicos dientes de la cremallera que mordían el aire enmarañado de la ósmosis inversa. Todo quedaba dentro, donde hacía más calor y el ambiente enrarecido perlaba la carne y el material sintético de gotas de sangre marina.

Contacto de labios mojados, olores de cristal extinto, la piel adherida a los huesos se separa hacia la sequedad externa. Almas desnudas, cuerpos cubiertos de frío en el invernadero bullente. Sólo sombras en la pared de mentira recubierta con hebras de cabellos asegurados. El movimiento censurado bajo la pena de asfixia...

Primero entró el perfume. Después lo siguió ella. Se inundó la estancia de silencios, silencios más ruidosos que las palabras. Nosotros nos humillamos dentro; el mundo se abandonaba fuera.

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