"Éste es el relato más triste que nunca he oído..."

Ford Madox Ford (El buen soldado)

jueves, 11 de noviembre de 2010

Scheiße

Una mañana te levantas cansado de la vida, decides ponerte tus botas viejas y salir a un exterior cambiante, un exterior diferente, irreconocible.

Las paredes no son paredes; las personas no son personas. Se respira aire envenenado con pétalos de flores marchitas acariciando las suelas de cuero por las que penetra el agua de los charcos negros.

Caminas hacia un destino impredecible y miras lo invisible, atraviesas la línea del infinito varias veces y tropiezas con el viento que sopla a tu favor, a favor de la pestilencia que se desprende de tu ropa.



Te levantas una mañana, cansado de la vida. Paredes de papel incendiarios que iluminan la oscuridad que sesga el laberíntico aire ahumado. Hay un perro que orina junto a las botas haciendo que se deshagan bajo la lluvia que del techo cae hacia su minúsculo pene replegado sobre el plumífero pelaje. De entre las llamas surgen los escrutadores ojos de la vanidad que lo percuten como brocas de metal, abriendo los recovecos de su mente. Las paredes se estrechan, el fuego se alimenta con el ácido acuífero. El animal le muerde la cola que se le desprende del trasero procurándole un dolor insufrible en la base de la espalda. Grita. Grita pero no se oye. Se le congelan las retinas y entonces no ve nada, sólo esos ojos blancos que como esferas de latón hacen que su pútrida imagen se refleje en ellos.

Se pone las botas. Se acuesta. Se levanta. Se pone las botas. Se lava los dientes. Se sienta sobre el sucio inodoro de porcelana y deja caer algo que no suena en el agua. Se vuelve para comprobar la importancia de su modesto aparato intestinal y descubre su rostro mirándole. Se pone las botas. Se sube los calzoncillos. Se sube los pantalones. Se pone las botas. Sale a la calle. Lo atropellan estúpidamente. Se pone las botas. Se acuesta sobre el asfalto. Muere. Le roban las botas. Se calza sus botas.

Hay mañanas en las que es mejor no cansarse de la vida y comprarse unas botas nuevas.

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