"Éste es el relato más triste que nunca he oído..."

Ford Madox Ford (El buen soldado)

jueves, 24 de junio de 2010

Se il bacio dolce...


- Hola, hola.

"Alguien me llama pero, ¿quién es?"

- Hola, hola.

"Ahí está, vuelve a hacerlo. Tal vez debería abrir los ojos y comprobar quién es. Su voz me suena, pero no puedo identificar su rostro desde aquí. Aunque creo saber de quién se trata. No, en realidad no lo sé."

- Buenos días. ¡Ah, abres los ojos, ahora todo va mucho mejor! ¡Enfermera!

"Vaya, al parecer está contenta. Qué divina expresión en sus ojos, qué rasgos nórdicos más hermosos. Me encantaría alcanzarla y besar la línea de sus labios. A ver, un intento más... Pero no, no puedo, imposible. Odio esto."

- ¿Has dormido bien? Oh, por supuesto. Un beso.

"Qué extraña sensación: sé que me ha besado la mejilla pero no he sentido nada. De hecho no siento nada, ni recuerdo. ¿Quién es ésta chiquilla? Realmente es preciosa y me encantaría tomarla entre mis brazos. Pero, ¿qué hago aquí? Esto es un hospital, no me gustan los hospitales. Y cuántas luces. ¿Para qué tanta luz? Así la chica parece un ángel de amor sacado directamente de un ensueño. Vaya, tal vez lo sea con el azul increíble de sus pupilas y el brillo dorado de su cabello. ¿Pero qué digo? ¡Si me está desnudando!"

- Muy bien, ahora vamos a lavarte, ¿de acuerdo, papaíto?

"¿Papaíto? ¿Y quién es esa otra mujer tan fea y... ¡ogh!, poco cuidadosa? No, esto no puede ser, tengo que marchar de aquí, no me gusta, no estoy cómodo. Por bonita que sea no puedo tolerar que esa chica me toque, no puedo dejar que me traten así. ¿Por qué no puedo evitarlo? ¿No me dejan moverme o es que no puedo? Me da igual, voy a salir de aquí porque nada tengo por hacer en éste lugar. Señoras, pásenlo ustedes bien, ahora cierro los ojos y ya no me ven."

- Hola, hola.

"¿Está llorando?"

- ¿Hola, hola?

"Sí, llora. No puedo hacer nada, lo siento señorita, tendrá que reservar su belleza para otro."


- Hola, hola, mi niñita.
- Hola, hola, papaíto.
- ¿Dormiste bien, pequeña?
- No demasiado, tengo examen.
- Oh, pero tú lo sabes todo. Desayuna fuerte y a por todas. Yo tengo que ir a la fábrica, espero volver. ¿Un beso?
- Uno fuerte.
...

"Pero no volví, ¿verdad?"

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